Llega el buen tiempo y con él las vacaciones y los viajes. Son muchas las familias que al cabo del año nos preguntan qué hacer con su gato durante el periodo vacacional si deciden irse de viaje o a una segunda residencia.
La respuesta en cada caso dependerá de cómo enfoques tus vacaciones, el talante de tu gato, cuántos días vas a estar ausente, dónde vas a estar, etc.
A priori has de tener en cuenta que desde el punto de vista del estrés, lo mejor será siempre que dejes a tu gato en su territorio, es decir, en tu casa. Para ello deberás contar con alguien de confianza que pueda entrar en tu casa a asegurarse de que todo va bien, por lo menos una vez cada dos días e idealmente a diario.

En algunas ciudades ya existen servicios de canguro de gato a domicilio y puede ser una buena opción para aquellos que no disponéis de familiares o amigos cerca que se puedan encargar de vuestros gatos.
En cualquier caso debes preocuparte de facilitar toda la información necesaria a la persona que se va a hacer cargo de tu gato (tipo de alimentación, forma de ser, preferencias, etc)
En la medida de lo posible, evitaremos viajar con ellos porqué la tónica general es que sea muy estresante para el gato. Seguro que todos hemos visto a esos simpáticos gatos viajeros en redes, que acompañan a sus humanos a todas partes y parecen disfrutar sobradamente de este tipo de estímulos, pero dichos casos son la excepción y no la regla general.
También evitaremos dejarlo en residencias caninas salvo que sea estrictamente necesario (un gato estresado por un cambio de territorio, podrá fácilmente enfermar por patógenos del nuevo entorno frente a los que no esté inmunizado)
- Ausencias de fin de semana: en estos casos lo recomendable es que el gato esté ya perfectamente adaptado a tu hogar y no tenga menos de siete u ocho meses. A partir de esa edad, podrá quedarse solo en casa un máximo de dos noches y dos días sin supervisión, siempre y cuando te asegures de que tiene agua limpia y comida a disposición y de que dejes su arenero en perfecto estado de limpieza para que no le resulte incómodo utilizarlo. En estos casos, las fuentes de agua o las cámaras de video-vigilancia, pueden resultar de mucha utilidad. Si además alguien de confianza puede pasar a supervisar como está todo, mejor todavía.

- Temporadas en una segunda residencia: si disponemos de una segunda residencia donde vayamos a pasar algunas temporadas al año, lo recomendable sería llevarnos al gato, siempre y cuando la estancia sea de mas de una semana. Este periodo mínimo se ha de tener en cuenta porqué se deberá de hacer una adaptación al nuevo territorio siguiendo el protocolo necesario. No obstante lo anterior, utilicemos la lógica: si tu gato es excesivamente tímido y lo pasa mal en los viajes en coche, tren o avión, es mejor que lo dejes en casa; Si la segunda residencia no dispone de los medios de seguridad necesarios y va a haber mucho ajetreo en tu estancia allí y existe posibilidad de fuga, también es mejor dejarlo en casa, por poner algunos ejemplos.

- Viajes de larga distancia, en avión o coche, etc.: En estos casos lo recomendable siempre es NO llevarse al gato salvo que sea estrictamente necesario. Los controles de seguridad en aeropuertos, estaciones de tren, largas horas en coche, etc. pueden llegar a estresar mucho a un gato y lo evitaremos siempre en la medida de lo posible. De nuevo, si no queda otra opción, deberemos implementar un protocolo de adaptación al llegar a destino y dedicar especial atención a nuestro gato y su estado anímico y físico.
La principal recomendación siempre es dejar al gato en su territorio y mantener sus rutinas dentro de lo posible. Está claro que tu ausencia implicará una variación en su día a día y por ello debemos poner especial empeño en que el resto de recursos se mantenga lo menos alterado posible.